Boris Petrovich

Boris Petrovich nace en Ucrania en 1926, en el seno de una familia de pobres campesinos cerca del West Side.
Desde muy pequeño, Boris se enamora del blues y pasa horas pegado a la radio escuchando e imitando a sus ídolos.
Al acercarse su cumpleaños su tía Sofía piensa comprarle una harmónica para contentarlo. Su madre, Sasha, reflexiona sobre las condiciones artísticas de Boris. Finalmente le regalan un rompecabezas.




Al acercarse el invierno de 1938 Rodion, el padre de Boris, fallece de triquinosis tras una lenta agonía. Con tan sólo 18 años, Boris, debe hacerse cargo de la familia y para ello consigue empleo en el ferrocarril. Pero su pasión musical no disminuiría, sino por el contrario; con su primera paga, y tras empeñar el reloj paterno, compra una guitarra de segunda mano, con la que aprovecha para tocar en sus tiempos de descanso.
Sus compañeros de trabajo serían sus primeros oyentes entusiastas, y al poco tiempo sus más fieles enemigos.








En el invierno de 1946, al regresar en bicicleta de su trabajo, Boris es atropellado por un automóvil, que lleva las luces bajas.
Al borde de la muerte, Boris confiesa haber aprendido el verdadero significado de la vida. Boris, es un verdadero autodidacta.
Internado de urgencia en el hospital, conoce a Natacha, una de las enfermas que lo atiende(n)…
Tras dos meses de hospitalización, se enamora perdidamente de ella, y le confiesa sus más tiernos sentimientos.
Boris es correspondido, y en enero de ese mismo año, contraen matrimonio y vive los años más felices de su vida. Natacha, viendo la precariedad económica, promete conseguirle un mejor empleo que le diera tiempo para componer.






En el pabellón de Terapia Intensiva, Boris con guitarra en mano, entona blues, y algunas otras de su propia pluma.
A fines de diciembre aumentan radicalmente los índices de mortalidad. Boris es inmediatamente expulsado del hospital.


A fines de los años cincuenta le esperan a Boris: Al regreso de su trabajo encuentra a Natacha en paños menores con el cirujano del hospital.
Boris se reprocha no haberlo advertido cuando en la cama ella se negaba y lo anotaba en lista de espera.
“Debi advertirlo cuando en la cama ella me ignoraba y me anotaba en lista de espera-confesaria a la revista Times


Enfurecido y desahuciado decide huir hacia Rusia en busca de un futuro mas prometedor. Boris no acierta con el clima; el crudo invierno soviético lo hace retroceder en sus pasos. Retorna al hogar y vive cinco años no tan felices con su mujer y el cirujano.


Tras una larga y angustiante depresión, el Padre de la Iglesia Evangelista le ofrece un hogar para recomponerse y rehacer su vida. El reverendo encuentra a Boris perdido en el camino de la vida. Decide darle un hogar frente a la iglesia del Apóstol Jerónimo. Le da un sabio consejo:
“La llave de la gloria y la felicidad no es un andar tranquilo, mas el alma le hace hincapié”






Por la noche Boris no puede conciliar el sueño mientras la frase le suena en la cabeza aunque más le suenan las campanadas tediosas y el canto insoportable de los gallos. En los siguientes meses de su estadía,
no logra comprender las palabras del reverendo Pascual, Boris cree encontrar alguna paz interior componiendo música sin cesar.
Enfurecido Boris decide huir en busca de un mejor horizonte. Boris no acierta, el pleno invierno, la estepa congelada lo hacer retroceder en sus pasos. Obligado a retornar a su hogar Boris vive 5 años no tan felices con su mujer y el cirujano.






Boris, desconsolado compone blues sin cesar. Hacen un pacto con el cirujano a cambio de bypass sin cargo.


(Los éxitos “La Nena y el tren”, “Nena, este tu tren” “Se te fue el tren, nena”)